Hoy me he despertadocon mucha tristezasabiendo que mañanaya te vas de mí…Desde hace unas horas, cuando se hizo oficial la noticia, las redes sociales se inundaron de imágenes suyas, de videos de sus conciertos, de frases de sus canciones, de lamentos por parte de sus fans y de burlas de aquellos que de todo se burlan. Y esto apenas comienza.Quizás en unas horas se sumarán mensajes de famosos, pronunciamientos oficiales por el indudable duelo e incluso análisis y discusiones sobre la influencia que tuvo en la música mexicana, latinoamericana y mundial. No es para menos: aunque apenas contaba con sesenta y seis años de edad, vivió lo suficiente como para dejar una honda huella en millones de mexicanos.La periodista Patricia Vega escribía hace un rato en su cuenta de Twitter: “No sé a ustedes pero a mi las canciones de #JuanGabriel me han acompañado en muchos momentos de mi vida, por eso lo siento cercano y querido”. Y tiene mucha razón. JuanGa ha estado con nosotros en las risas y en las lágrimas, en la felicidad y la tristeza, en el amor y el desamor. Tal vez en eso radique el cariño que el pueblo le tenía: en que sabía mover las fibras más profundas con palabras sencillas, con ritmos pegajosos, con melodramáticas actuaciones. Nadie puede objetar que su carisma traspasaba fronteras y sus canciones fueron embajadoras de “lo mexicano” en otras latitudes. Y Juan Gabriel fue prolífico y vasto y excesivo como somos los mexicanos. Y no fueron sólo el llanto y el despecho los que inundaron sus letras: fueron también el amor, la felicidad, el optimismo. Y fue todos los ritmos y todos los estilos y no tiene uno, ni dos, ni diez, sino al menos medio centenar de canciones “indispensables”, de composiciones con las que crecimos, con las que nos identificamos, con las que vivimos un momento en particular.Por eso nos dolió.Ya vendrán los historiadores, sociólogos y antropólogos a hacer su trabajo y a darle significado (otro más, diferente) a su vida y su obra. A su legado musical. A sus canciones. Y hablarán también del impacto que tuvo en una sociedad homofóbica como la nuestra y discutirán sobre masculinidades y géneros y empoderamientos. Yo me quedo con el JuanGa con el que crecimos: ese que escuchaba mi madre, ese que cantaba mi padre, ese que aparece en las serenatas del 10 de mayo, en la fiesta, en la charla. Yo me quedo con ese recuerdo de un cantante imparable, una mente sensible y creativa y, sobre todo, un hombre que vivió por y para la música de mi país y de su Juárez querido.
Alberto Aguilera Valadéz "Juan Gabriel"
1950-2016
Publicado originalmente en Área de No Leer, revista digital, agosto 28 de 2016.
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